Claro que Crepúsculo nos gustó con trece años

crepusculo

Recuerdo la primera vez que vi la portada de Crepúsculo en una tienda. Iba mi tierna yo adolescente de trece años paseándose por la sección de libros del supermercado cuando la vi: ese fondo negro, esas manos blancas, esa manzana roja. Le di la vuelta para leer la sinopsis y vi que era una historia de amor con vampiros.

Y caí. Vaya que caí.

 

Crepúsculo y los inicios de los años 2000

Hay dos cosas que están perfectamente hechas en el libro de Stephenie Meyer y que te invitan a leerlo. La primera es la portada, que en su primera versión en español llamaba la atención en la estantería de las librerías a pesar de su sencillez.
La segunda es la sinopsis de detrás. Las tres cosas de las que estaba segura Bella y que te prometían intriga, romance y la ilusión de que había vampiros entre nosotros.

Todo esto tiene más sentido si lo encuadramos en el año en que fue publicado: 2005/2006 (en España). En esa época la estética gótica, la emo y los grupos con la misma estaban en auge. Así que, puedo imaginarme a muchas chicas y chicos como yo en aquellos años (que empezaban a vestirse de negro por gusto, estaban planteándose si comprarse una muñequera de cuero y creían que el mundo era un lugar horrible) mirando la estantería, leyendo el título del libro, viendo esas manos blancas sujetando la manzana y diciendo: es mío.

Y ya sabemos que una portada bonita no vale nada si es lo único que el libro ofrece

Y todo esto daría lo mismo si después de comprar Crepúsculo te pones a leerlo y es una lectura lenta y aburrida, ¿no? Si nada tiene sentido y la historia no conecta contigo. ¡Pues ahí tenemos otro punto a favor de Stephenie Meyer!

Este libro está perfectamente enfocado a la mente adolescente que se siente incomprendida, desubicada y que no atina a expresar sus sentimientos porque no sabe cómo hacerlo. Bella es una adolescente al uso: cree que es más fea y más torpe de lo que es en realidad, tiene amigos con los que no sabe cómo establecer una relación cercana por su timidez (y falta de ganas a veces), hay chicas en su círculo cercano que no la soportan sin motivo aparente y se fija en el chico más llamativo del instituto.

Pues claro, llegas tú con trece años y te ves completamente reflejada en ella

Y aquí llega el momento romántico, cuando Edward, tan guapo y misterioso, pasa de ser un borde a no poder evitar estar cerca de Bella. Y le dice que no pueden ser amigos pero que se ha cansado de alejarse de ella. Y ella solo asiente como una boba porque Edward es demasiado guapo.

Y, ¿qué pasa entonces? Que tu yo de trece años asiente muy seria porque todo tiene sentido.

Oh, Dios mío, todo esto podría pasarme a mí perfectamente.

 

Si a esta mezcla explosiva le juntamos que es un libro rápido de leer (a pesar de ser gordito)… ¡Ya lo tienes! El libro de nuestra adolescencia.

 

Pero, ¿soporta Crepúsculo una relectura varios años después?

Me releí parte de Crepúsculo el año pasado (no voy a mentir, no fui capaz de terminarlo) y asentí también, pero para dar la razón a mi yo adolescente. Normal que me enganchara y que quisiera que Edward la convirtiera en vampiro cuando lo leí la primera vez. ¡A la porra el instituto, la familia y todo! ¡Mejor ser inmortal desde los diecisiete!

Pero, claro, me paro a leerlo ahora… Y la cosa cambia. Y me alegro, la verdad, porque significa que he madurado un poco al menos y no soy la misma que era cuando tenía trece años.

Una protagonista que basa su existencia en su novio centenario

Ahora veo a Bella insufriblemente pesimista y dramática. Puede parecer que tiene la autoestima baja pero a la vez habla de sus compañeros como si se sintiera superior por haber leído más clásicos o venir de una ciudad. Y, a ver, entiendo que no tienes mucha relación con tu padre, ¡pero el pobre hombre está intentando acercarse a ti!

…Aunque podría trabajar un poco en casa también. He leído por ahí que Stephenie Meyer es mormona y que el hecho de que la única encargada de limpiar y cocinar en su casa sea ella se debe a esto. Debo reconocer que no me fijé en ello en su momento, pero es verdad que era Bella quien cocinaba o fregaba los platos, quien preparaba el picoteo si alguien venía a ver el fútbol con su padre… Y no me parece el mejor ejemplo para una mente maleable como la de un adolescente, la verdad.

Por otro lado, cuando estaba con Edward… Bueno, a las pruebas me remito.

Bella, para

 

Un interés romántico que roza la toxicidad (o la acaricia con la mano abierta)

Por su parte, Edward tiene unos cambios de humor que no comprendo. Si yo fuera Bella y el tío que me gusta se dedicara a marearme, cambiar de opinión cada dos segundos y mirarme mal de vez en cuando, le mandaría a freír espárragos tan rápido que ni lo vería venir.

Luego está el tema del control, de espiarla mientras duerme y ser posesivo, claro. Podemos intentar escudarnos en que tiene cien años, claro, pero aunque vengas de principios del siglo XX ahora estás en XXI y has tenido tiempo de adaptarte a los cambios en tu entorno, ¿no?

El caso es que Edward ya no es tan intrigante.

Pero, claro, eso es porque yo ya no tengo trece años.

 

¿Esto hace que haya que cancelar Crepúsculo?

¡Claro que no! Al menos desde mi punto de vista.

Crepúsculo tendrá muchos fallos, como cualquier libro, como los tengo yo y los tenemos todos, pero no deja de ser un libro que inició a la lectura a millones de personas en todo el mundo. Consiguió catapultar la literatura juvenil romántica bien alto en aquella época y abrió la veda para muchas novelas que podemos leer hoy en día.

Puede que Bella sea un poco Mary Sue, o que su relación con Edward sea más tóxica que sana, pero tampoco ha llegado al punto de otras novelas juveniles actuales.

Creo que hay que leerlo sabiendo lo que es y, si algún adolescente de tu entorno se anima, comentarlo con él o ella con la perspectiva que te da la edad (dejándole disfrutar de la lectura, pero haciéndole saber dónde están las red flags).

Oh, y no olvido las películas. Buenas o malas, pero entretenidas y con una BSO maravillosa (sobre todo la primera).

 

¿Leíste Crepúsculo en su momento? ¿Y vas a leer Sol de medianoche ahora? Yo me lo estoy planteando… Si lo has leído, ¡déjame en los comentarios qué tal está!

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