6 razones para empezar a escribir

6 razones para empezar a escribir

Supongo que conoces la frase esa que dice que hay que hacer tres cosas en la vida: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro.

Ahora mismo yo llevo una de tres y como no soy madre ni jardinera, solo puedo escribir una entrada para hablarte de la tercera de estas cosas: escribir un libro. Más específicamente, voy a darte seis razones para empezar a escribir (un libro o lo que sea).

Empezar a escribir

Recuerdo perfectamente el día que me senté delante de mi ordenador por primera vez y dije: «vamos allá». Tenía once años así que tampoco le di muchas vueltas a ese momento. Simplemente me senté y empecé a teclear.

Pero supongo que si estás en esta entrada es porque hay una parte de ti que no se siente del todo segura con eso de sentarse y empezar a teclear sin más. Intuyo que necesitas un motivo (o seis) para sentarte a escribir. O tal vez ya te lo has planteado y no las tienes todas contigo de que esa razón que te ha impulsado a sentarte a las teclas sea la más adecuada.

Hay muchísimos artículos en Internet y muchísimos vídeos que te dicen por qué escribir o por qué no hacerlo (sobre todo para que no te lleves a engaño). Y como tampoco quiero repetir lo que otros han hecho, no voy a hablarte de por qué Escribir (así, en mayúscula, con todas las horas que implica esa palabra). Voy a hablarte de por qué empezar a hacerlo.  Así que vamos.

 

¿Por qué empezar a escribir?

Porque te apetece

Puede que este sea el motivo principal. ¿Por qué ibas a ponerte a escribir si no te apeteciera?

Y no te preocupes si esa es tu motivación principal. Hay gente que empieza a escribir casi sin ser consciente de ello y otros que se plantan y deciden que ese es el camino que quieren seguir en su vida. Si no eres ni de un lado ni del otro y simplemente te apetece hacerlo… ¡Adelante! Tu motivo es igual de válido que el de los demás.

Porque nunca lo has hecho antes

Esto también puede ser un buen motivo. Hay gente que hace listas del estilo de «Cien cosas que hacer antes de morir» en las que incluyen tirarse en paracaídas o visitar todos los continentes. Tal vez en esas mismas listas puedan (o puedas) incluir el haber escrito un libro. O un relato. O un cuento.

Escribir para vivir la experiencia de hacerlo suena bastante bien,

Porque alguien te lo ha propuesto

Este es el motivo que me llevó a mí a escribir. Siempre he tenido mucha imaginación y he inventado historias pero hasta los once años no me había planteado escribirlas. Fue gracias a un profesor, que vio un trabajo de tema libre en el que decidí escribir una historia de miedo sobre el colegio, que me lancé a la piscina. Me preguntó si no me había planteado escribir y yo, con curiosidad por saber si podría repetir algo como mi obra maestra del terror infantil, abrí un documento y empecé a escribir esa misma tarde.

Y ahí nació Neesha, la protagonista de La ciudad escondida. Pero las vueltas que ha dado su historia las dejaré para otra entrada mejor…

un profesor me propuso escribir
Pero Neesha no tiene nada que ver con esa historia de miedo infantil.

Porque te encanta leer

Tal vez seas de los que devoran libros o de los que pueden pasar horas y horas leyendo y analizando lo que la historia te está transmitiendo. Puede que leer te encante, lo hagas más o menos, más rápido o más lento.

El caso es que los libros te dan la vida.

Puede que precisamente por eso hayas decidido dar el salto y empezar a escribir. Porque esas historias que te han cautivado te han animado a intentar hacer algo similar, o algo completamente diferente, ¡quién sabe! Lo importante es que esas palabras han despertado las tuyas propias.

Porque quieres ganar dinero con ello

Si esta es tu motivación para empezar a escribir, es probable que venga motivada por ver a autores y autoras como J. K. Rowling o Stephen King, que podrían nadar en billetes si tuvieran una habitación tan grande como para llenarla con sus ingresos.

Tal vez el ver a esas personas, que han creado mundos tan increíbles y arrastrado a lectores de todo el mundo te haya animado a perseguir ese mismo sueño. Y, ¿por qué no? Es una razón perfectamente válida para empezar a escribir: al fin y al cabo, la escritura es un trabajo y querer cobrar por ello no es un delito.

Porque quieres ser famoso

Siguiendo la línea anterior y yendo un poco más allá, quizá lo que te ha impulsado a empezar a escribir sea el querer formar parte de la historia. Como Cervantes, como Jane Austen, como el autor del Lazarillo de Tormes (sea quien sea)… Lo que quieres es que tu nombre quede grabado en el libro de tu generación y que tal vez alguien te recuerde en el futuro.

¡Pues adelante! Ponte delante del folio, o de la pantalla si eres más digital, ¡y a escribir!

 

Bueno, pues razones no te faltan

Estas son solo seis, pero puede que a ti se te ocurran muchas más, o que lo que te ha impulsado a ti a empezar a escribir sea algo completamente diferente (cuéntamelo en los comentarios si es así).

El caso es que yo empecé muy joven y no manejaba Internet por aquel entonces (¿había ya blogs como este en aquel momento? ¿Sueno muy vieja preguntándome algo así?). Por eso ni se me ocurrió ni pensé en buscar por qué iba yo a meterme en este mundo si estaba tan tranquila leyendo en mi casa. Sin embargo ahora, que ya estoy metida de lleno en él, que llevo años escribiendo y sé que me quedan muchos más de seguir aprendiendo… He leído muchos artículos sobre por qué  escribir y qué motivaciones son más o menos lícitas.

Entre las razones que te he enumerado antes, hay algunas que la mayoría de la gente vería como algo perfectamente válido, como que te apetece o que nunca lo has hecho antes. Y así como tenemos estas razones válidas, hay dos que muchos tacharían de superficiales e inválidas. Exacto: ganar dinero y hacerse famoso.

empezar a escribir para ganar dinero
¿Cómo osas querer ganar dinero por escribir?

¿Por qué he contado con ellas como razones válidas para empezar a escribir?

Porque son eso, precisamente: razones para empezar a escribir.

No puedes decirle a alguien que se sienta ante un folio en blanco por primera vez, que tiene el valor de intentar plasmar de la mejor forma posible sus historias en ese lienzo, que lo que está haciendo no está bien. ¿Y qué si ha decidido hacerlo para ganar dinero? ¿Y qué si quiere conseguir fama con ello? Esa primera motivación, suene más o menos bonita, ha hecho que alguien se plante delante de una hoja en blanco y empiece a escribir.

Que empiece a jugar con las palabras, a investigar, a dar vueltas a las ideas que tenía en la cabeza para encontrar la mejor manera de plasmarlas en su historia.

Como profesora, tengo alumnos que se han quedado atascados delante del folio en blanco cuando les propongo un ejercicio de escritura creativa (no les culpo) y que luego se han emocionado al ver que han podido escribir algo con sentido. Algo que les ha gustado de verdad.

¿Y si esos alumnos al volver a casa y ver un libro sueñan con ver aparecer su nombre algún día en uno, aunque sea durante un momento fugaz? ¿Y si ese sueño les hace sentarse delante de un cuaderno y empezar a escribir? ¿O empezar a leer más para aprender cómo hacerlo de una forma diferente o a expresarse mejor?

¿Debería ir a decirles que querer salir en la portada de un libro no es razón suficiente? ¿Que dejen el sagrado folio de inmediato para los que tengan motivaciones más elevadas?

Yo creo que no.

 

Muchas razones para empezar. Una razón para seguir

Yo creo que cuando hablamos de motivaciones al escribir no deberíamos centrarnos en las que podemos encontrar al inicio de la aventura, si no en las que tenemos para seguir haciéndolo.

Desde mi punto de vista (y esta es mi opinión personal, claro), solo hay una razón para seguir escribiendo: escribir te hace feliz.

Cuando has pasado las primeras semanas, meses y años escribiendo, las motivaciones iniciales empiezan a ser menos importantes, pues te das de bruces con la realidad. A mí un profesor me animó a escribir porque creía que tenía algo que ofrecer y mi familia me animó a seguir haciéndolo, pero al llegar al mundo real he visto la cantidad de gente que tiene cosas que ofrecer. Experiencias, personajes, tramas que te atrapan…

En ese momento piensas, ¿cómo voy a hacerme ver dentro de ese mar de gente talentosa?

Lo mismo puede ocurrirte si tu motivación es ganar dinero, al ver lo difícil que es ser publicado o el porcentaje que gana un escritor cuando su obra ha sido publicada. O si lo que te impulsó al principio es ser famoso. Hay unos cuantos nombres grandes, que serán grabados en piedra, y otros cuantos autores afortunados y con talento cuyos nombres quedarán escritos, tal vez no en piedra, pero sí en un libro gordo. ¿Y los demás? Llegar hasta ahí arriba no suena nada fácil.

¿Qué pasa en ese momento?

Que es cuando tu verdadera motivación sale a la luz. En ese momento decides si escribir es algo que vale la pena como para seguir dedicándote a ello cada día.

¿Por qué vas a seguir escribiendo si ya lo has hecho? ¿Si quien te lo propuso tal vez haya salido de tu vida? ¿Si no vas a ser famoso o no vas a nadar en billetes en tu mansión?

Porque te hace feliz. Porque cuando te sientas a escribir te recorre una sensación de alegría que te impulsa a seguir haciéndolo y no te deja parar hasta que es estrictamente necesario. O tienes muchas ideas en la cabeza que necesitan salir y ser plasmadas de alguna manera, ¡y te mueres de ganas de hacerlo! Porque necesitas escribir cada día, cada semana o cada mes para seguir viviendo en esta realidad.

Porque si no escribes, no te sientes tú.

Escribir me hace feliz
Sigues escribiendo porque te hace sentir realizada

En ese momento, todo lo que habías pensado antes que era importante para ti a la hora de escribir se borra y sigues haciéndolo porque te gusta. Puede que una parte de ti quiera seguir ganando dinero (de algo hay que vivir) o puede que fantasees con ser famoso, pero eso no será lo que te impulse a sentarte cada día delante de tu ordenador o de tu cuaderno y escribir. Esas no serán las motivaciones que te levanten del suelo después de un rechazo editorial o las que te consuelen al quitar tiempo a otros aspectos de tu vida por escribir.

Escribir será parte de ti porque te gusta tanto como para seguir haciéndolo.

Y esa es la única motivación que importa para seguir escribiendo.

 

El final de la entrada me ha quedado un poco intenso, pero me apetecía hablar sobre este tema y creo que es la única manera en que podía hacerlo. Pero ahora dime, ¿te gusta escribir? ¿Cuál es tu motivación?

¿Quieres compartirlo con otros?

2 comentarios en «6 razones para empezar a escribir»

  1. Verónica Gálvez dice:

    Hola. Yo escribo desde que tengo uso de razón. Desde muy pequeña tuve diarios y me fascinaba escribir todo lo que me pasaba por la cabeza. A medida que pasaron los años me he ido alejando un poco del papel y lapiz. Hasta este año, gracias a la cuarentena he dedicado mis días a escribir y leer. Tu artículo me da aún más fuerzas para creer en mí y en lo lejos que puedo llegar si me esfuerzo.

    • María R. G. dice:

      Es normal tener momentos más bajos, pero que la cuarentena te haya servido para conectar otra vez con esa parte de ti misma es algo estupendo. Me alegra muchísimo leer que mi artículo te haya dado fuerzas, ¡sigue creyendo en ti! Estoy segura de que con tu esfuerzo y ganas puedes superar lo que se te ponga por delante. ¡A por ello!

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