Las profecías son un recurso común en la literatura fantástica. En mi opinión, nos dan un adelanto de lo que luego esperaremos con ansia y analizaremos al detalle. Son como una sinopsis del futuro, pero con un lenguaje poético y enrevesado.
Los aficionados a la literatura fantástica estamos familiarizados con las profecías y sus implicaciones y, mientras que para unos son algo emocionante, para otros se han convertido en un suplicio. ¿Por qué?
Profecías como recurso
Es innegable que existen distintos recursos que los escritores guardan en la manga cuando están escribiendo un libro. Si entramos en la fantasía, esos recursos pueden ser las armas legendarias, los maestros que saben más de lo que cuentan o las profecías.
En mi opinión, una profecía bien usada es una forma de tener en vilo al lector, que busca en cada giro de página indicios de si esta se va a cumplir o no. Es una forma de decirle al personaje: «yo controlo tu destino, marioneta mía» y es cuestión suya si cortar los hilos que le unen al autor o no.
También creo que es algo que a nosotros, como humanos del mundo real, nos llama desde siempre. Esa idea de que nuestro destino ya está escrito y no podemos hacer nada para evitarlo (¿de dónde sale si no la leyenda del hilo rojo, las creencias en almas gemelas…?). O, por el contrario, la rebeldía que se despierta en nuestra mente al darle un corte de mangas a quien tenga el libro de nuestra vida y pedirle que nos pase el bolígrafo para cambiar algunas cosas.
Hay gente que cree en el destino y eso le causa una cierta incertidumbre o, al contrario, una cierta paz. Y hay otros que reniegan de él y creen que eso son patochadas. Pues como hacen los personajes, ¿no?
Profecías como cliché
El problema de que existan recursos como los que he mencionado más arriba es utilizarlos mucho o utilizarlos siempre igual. Todos hemos leído alguna vez una historia en la que una profecía elige a una persona de entre todas las demás y esa persona resulta ser hábil como Batman aunque cinco minutos antes se enredara con sus propios pies.
Cuando un recurso se usa mucho se convierte en un cliché. La palabra «cliché» suele tener una connotación negativa y se suele instar a los autores a evitarlos, pero hay muchos a los que nos gusta encontrarnos un cliché bien hecho de vez en cuando. En la antología Fandom of our own, por ejemplo, se hizo una selección de relatos originales con tropos típicos de los fanfics, que algunos pueden considerar clichés, pero que disfrutamos leyendo.
La cosa está en cómo se nos presenta un cliché, en este caso una profecía. ¿Como las que solemos ver y que se cumplen siempre? ¿O se le consigue dar la vuelta para sorprender al lector? No es malo incluir un cliché en tu historia, es malo hacerlo como lo han hecho todos los demás escritores del mundo (y ni siquiera).
Profecías en la literatura fantástica
Pero no nos quedemos en la superficie, vamos a ver algunos ejemplos de libros que nos presentan profecías. Eso sí, no entraré en detalles ni de las profecías ni de si se cumplen (si es que el libro o saga en cuestión ha terminado). Así evitamos spoilers, y todos tan contentos.
Eragon
En Eragon, la primera parte de la Saga El Legado, de Christopher Paolini, la bruja Ángela lee el futuro de Eragon, y le profetiza sucesos que veremos que se van cumpliendo en este libro y los siguientes. Aunque la profecía parezca una simple lectura del futuro, al ser él el protagonista de la historia, podemos ver en lo que Ángela le dice una predicción de lo que nos espera a nosotros como lectores.
Además, el gato Solembum también aporta su granito de arena a esta profecía, lo que, en mi opinión, es un recurso bastante bien usado: una profecía camuflada en una predicción del futuro por parte de una bruja y su gato.
Memorias de Idhún
En Memorias de Idhún, Laura Gallego nos presenta su propia profecía que involucra a un dragón, un unicornio, y al Séptimo. Y no solo eso, sino que la profecía sufre una modificación que incluirá también a un shek.
En este caso, la profecía sirve como un punto de partida en la trama, desde mi punto de vista, pues no es muy extensa y luego la historia se desarrolla tanto que no podría estar sujeta a ella exclusivamente.
Harry Potter
La profecía de Harry Potter, de J. K. Rowling, es una de las más conocidas recientemente y de más se habló entre 2003 y 2008 (desde que supimos de su existencia con Harry Potter y la Orden del Fénix hasta que leímos cómo acababa todo en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte). Aún hoy hay artículos que ponen en duda lo que decía y si tanto Voldemort como nosotros lo interpretamos bien (aunque creo que ahí está el quid de la cuestión: la interpretación de quien-no-debe-ser-nombrado es lo que cambia todo).
Me encanta Harry Potter y he crecido con ellos, pero debo reconocer que cuando leí sobre la profecía no me terminó de convencer. Me parecía que los libros de Harry Potter eran completos y geniales tal y como eran y meter una profecía de por medio me parecía innecesario. En este caso, además, se encontraba en una especie de bola de cristal, escondida con otras muchas, por lo que pensé: «¿tantas profecías? ¿De verdad? Entonces no serán tan importantes…».
Canción de hielo y fuego
Casi terminamos, pero no puedo no mencionar las profecías que a lectores de fantasía y amantes de las series de fantasía nos tienen en vilo hoy en día: las de la Saga de Canción de Hielo y Fuego, de George R. R. Martin.
En cuanto a profecías (y personajes, y sangre, y muertes…), este hombre no se queda corto, y nos va dejando pistas de lo que leeremos por todos lados. Al haberse convertido en una saga TAN famosa a raíz de la serie de televisión de HBO, hay tantas interpretaciones y deseos en torno a ellas que, si George R. R. Martin tuviera un día vago cuando decidiera escribir el desarrollo de cada una de las profecías, solo tendría que meterse en Internet y elegir.
En esta saga de libros, las profecías vienen envueltas en distintos paquetes y entregadas por distintas personas: Maggy la Rana, la bruja, profetiza el futuro de Cersei en una de las profecías que más inquietan a quienes la Lannister no nos cae especialmente bien; Daenerys escucha dos profecías, una sobre su hijo, el Semental que Monta el mundo, y otra sobre sí misma, de boca de Quaithe; por otro lado tenemos las múltiples profecías que hace Melisandre gracias al fuego de R’hllor, y la más importante de la que hablan tanto ella como otros personajes: Azor Ahai, que renacerá como El Príncipe que fue prometido y con su espada de fuego se enfrentará a los Otros…
(Por cierto, ¿leíste lo que le pasó a mi libro de Festín de cuervos?)
Saga de Percy Jackson
Aunque a día de hoy solo me he leído dos libros de esta saga, he visto que el recurso de la profecía se ha utilizado en los dos de forma diferente. Por un lado, cuando un mestizo va a salir de misión, se le pide que acuda al oráculo para que profetice cómo le irá en la misma. Esto les sirve a ellos para guiarse en el camino y a nosotros para buscar fantasmas en todos lados.
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Por otro lado, en el segundo libro se habla de una profecía más grande, que no está ligada a una misión en concreto y que quienes la conocen intentan esconder al interesado (aunque, sinceramente, parece que todo el mundo sabe de qué va esta profecía menos él). Ambos usos de la profecía me parecen interesantes porque una le da un uso fundamentalmente «útil» a las profecías (son como una herramienta para guiarte en el camino) y el otro se ve más como un secreto y nos advierte de los peligros de conocer nuestro futuro.
La Ciudad Escondida
Si me sigues en mis redes sociales habrás visto que queda menos de un mes para que empiece la preventa de La Ciudad Escondida, y la incluyo en esta lista porque, ¡sí! Soy de ese tipo de autor a quien le encantan las profecías.
La Ciudad Escondida empieza con una profecía. Una profecía que se enunció hace muchos años y que los personajes y el lector tendrán que descifrar para ver cuánta verdad hay en sus líneas. Ya lo he dicho antes, hay muchas formas de utilizar una profecía dentro de una historia, y en La Ciudad Escondida veremos una de ellas.
Todos nos hemos topado con una profecía literaria alguna vez, y todos hemos tratado de descifrarla a la vez que lo hacían los personajes. Pero, dime, si hubiera una profecía que hablara sobre tu futuro… ¿Querrías conocerla?