Ah… Las lecturas de verano. Esos libros que has leído en tus momentos de descanso veraniego, entre baño y baño, o con el ventilador dándote de lleno para sobrevivir…
No sé tú, pero yo ubico mejor qué libros he leído en verano que los que leo durante el resto del año. Es como que tengo esa estación separada del resto (será porque he pasado de ser alumna a profe) y suelo recordar mejor qué libros he leído en ella.
Lecturas de verano, nuestras acompañantes para sobrellevar el calor
Puede que en un verano tan caluroso como ha resultado ser el de este año, ni siquiera un buen libro te ha servido para escapar de lo que te rodea (aunque leyendo fantasía es más fácil conseguirlo, creo yo). Pero no podemos negar que leer en verano es una forma estupenda de disfrutar de nuestro tiempo libre, incluso si estamos a punto de echar a arder.
Aunque como ya comenté en otra entrada, no debemos olvidar proteger a nuestros libros de los elementos si los sacamos por ahí, eso sí, porque a veces estamos tan inmersos en la historia que olvidamos que no estamos en ella. Pero es que cuando encontramos un buen libro, uno que nos atrapa de verdad, es muy difícil salir de la historia. ¡O pensar que quizá lo mejor sea no llevarlo a según qué sitios!
Sé de lo que hablo
Voy a contarte una anécdota antes de pasar a mis 7 lecturas de verano favoritas. Yo era alérgica a la fresa cuando era pequeña y no fue hasta que cumplí los 18 años que me animé a hacerme las pruebas de la alergia para ver si ya se me había pasado. En esa época me estaba leyendo Festín de cuervos, de George R. R. Martin y era el libro que me llevaba a las pruebas, así que se pasaba el día en mi bolso…
El caso es que todo fue bien: me dijeron que ya no era alérgica a la fresa y en ese momento empezó mi verano rojo fresa. Yogures, chuches, batidos, helados… Todo lo que nunca había comido por si tenía fresa, acabó cayendo. Y, por supuesto, también lo hicieron las fresas naturales. Y, ¿qué pasó? Que en mi afán por querer comer todas las fresas que me había negado durante tantos años y por no dejar de leer, se me ocurrió guardarme unas cuantas fresas en el bolso… Al lado del libro. Te puedes imaginar la mancha.
Debo reconocer que me quedé a cuadros cuando la vi, pero las páginas están limpias por dentro, por suerte… Y eso me sirve como un recuerdo de que ese libro fue una lectura de verano estupenda, en un verano de nuevas experiencias.
Mis 7 lecturas de verano favoritas
Iacobus
Con Iacobus leí por primera vez un libro ambientado en la Edad Media que no era juvenil. Además, me abrió el camino al interés por los libros relacionados con la resolución de misterios o crímenes, los temas sobre los que se especula aún hoy en día como el Santo Grial… (por eso quise leerme luego El código Da Vinci, por ejemplo, que cayó muchos veranos después)
Este libro de Matilde Asensi cuenta la historia de su protagonista, Galcerán de Born, a quien, en medio de una misión, le encomiendan investigar la muerte del papa Clemente V y el rey Felipe IV de Francia. Esto le llevará a París y al camino de Santiago en una historia que te atrapa desde el principio y que, para mi gusto, está maravillosamente bien escrita.
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
Leer este libro supuso cerrar una etapa de mi vida. Había crecido con los libros de Harry Potter y ahora tenía entre mis manos el que lo cerraría todo para bien o para mal.
Recuerdo tardar mucho en leerlo porque quería que me durara lo máximo posible, pero acabé devorando el final en una tarde, encerrada en mi cuarto. En aquella época pasaba muchos días de verano con mis primos, y se sintieron un poco abandonados a raíz de mi amor por la lectura. ¡Pero necesitaba saber qué pasaba!
Graceling
Leí este libro a finales de un verano y recuerdo empezar el curso con sus personajes e historias aún en la cabeza. En aquella época aún no había leído muchos libros de fantasía más allá de Harry Potter y Memorias de Idhún, y me encantó. Además, me enamoré de su protagonista, Katsa, tan fuerte y tan inteligente.
Graceling es una novela de fantasía escrita por Kristin Cashore que nos adentra en un mundo donde algunas personas tienen gracias, lo que les da un poder, un talento especial, y a los que se reconoce porque tienen un ojo de cada color.
Marina
Este libro de Carlos Ruiz Zafón me gustó, emocionó, hizo llorar… La historia de sus protagonistas es preciosa y los misterios a los que se enfrentan te atrapan. Creo recordar que llegué a pasar algo de miedo en algún pasaje, incluso, por la tensión y la descripción de algunos lugares por donde se movían.
Con este libro se repitió la historia que ya había vivido con Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: la vida veraniega paró en seco hasta que descubrí cómo acababa.
Crepúsculo
Aunque algunos querrían matarme por incluir Crepúsculo con Harry Potter o Marina, por ejemplo, estoy aquí para abrir mi corazoncito literario, no para mentir.
Crepúsculo llegó a mis manos porque vi la portada en la estantería de una tienda y no pude evitar acercarme a cogerlo. Tras leer la contraportada y descubrir que iba de vampiros… Se vino a casa conmigo. Como adolescente enamoradiza que fui, me gustó mucho el libro y me leí los otros tres.
Al margen del fenómeno fan que se formó luego en torno a ellos y que a mí me parecía algo exagerado, Crepúsculo me abrió un nuevo camino…
Caballero oscuro
…y es que en la búsqueda de más libros con una temática romántica, mi madre apareció un día con este libro de Kinley MacGregor.
Sigo siendo una romántica y este fue el primer libro de ese género que leí (y que luego he releído unas cuantas veces más). La protagonista, una trovadora que detesta a los caballeros y sus luchas, y el protagonista, un caballero al uso, sin mucho aprecio por los trovadores y demás artistas… Me conquistaron y me hicieron querer leer más y más de este género.
Anécdota: el verano que leí Crepúsculo fue el mismo que leí Caballero oscuro y este segundo es MUCHO más adulto que el primero… Así que, como aún era joven e inocente (dentro de lo que puede ser una adolescente), mi madre se leyó el libro antes y me dijo qué páginas no leer (porque salían escenas… Bueno, ya me entiendes).
Lo creas o no, le hice caso, y hasta que no me releí el libro por tercera vez no lo leí entero 😁
La sombra del viento
Volvemos a Carlos Ruiz Zafón con La sombra del viento, un libro que me he leído este mismo verano. Se ha convertido en una de mis lecturas de verano favoritas porque hacía mucho tiempo que un libro no me tenía tan enganchada como este.
Me lo empecé a leer con las expectativas por las nubes porque todos decían que era maravilloso. Pero venía de leer La Sociedad de la Libélula, que se lee muy rápido, y El príncipe de los prodigios, que me tuvo con ganas de saber más buena parte del libro. Así que, claro, ¿y si a todo el mundo le encantaba y a mí no?
Esto puede pasar, claro, pero tuve la suerte de que las expectativas de la gente estuvieron a la altura de lo que el libro fue para mí y si aún no lo has leído, te lo recomiendo muy mucho.
Las lecturas de verano se nos pueden quedar clavadas en el alma para recordar esos momentos de tranquilidad que vivimos con ellos. Con suerte, se convertirán en libros que nos unan a un lugar, un momento o unas personas pero, incluso aunque no lo hagan, siempre vale la pena que nos acompañen en esta estación.
¿Cuáles son tus lecturas de verano favoritas?