¿Nunca te ha pasado que has oído a gente hablar de lo que ellos consideran libros importantes? Es decir, libros que hay que leer sí o sí porque si no tu valía como lector está a la altura del betún.
¿No te ha pasado también que alguien ha hablado con superioridad de un género que te gusta? ¿Como si leer ese género no fuera tan top pero, bueno, tiene-que-haber-gente-para-todo?
¿Qué se considera un libro importante?
Los libros importantes son esos que han tenido tanta repercusión en la historia en un momento dado, asentando un género, cambiando la forma de percibir la literatura, reflejando la realidad que vivía el autor en un determinado momento… Que se han convertido en libros que todo el mundo debería leer.
Seguro que alguno se te viene a la cabeza, como El Quijote, o quizá sea algún autor (sí, por lo general suele ser autor, en masculino) el que te suena haber oído en algunos círculos lectores.
Puede que esos libros no te llamen la atención lo más mínimo o que hayas intentado leerlos y se te haya atragantado diez veces la primera página. Pero son Libros importantes. Hay que leerlos.
Pero, ¿y si no quieres leer esos libros importantes?
Pues que eres un fraude como lector. Una ruina. Una deshonra sobre tu familia. ¡Una deshonra sobre tu vaca!
Si se te ocurre mencionar que no has leído X libro o que no tienes interés, alguien vendrá a decirte que no sabes lo que te estás perdiendo y que deberías leerlo si quieres considerarte un buen lector. ¡Como si esto fuera un examen!
Y, a ver, está claro que hay que intentar leer de todo, que como dije hace unas entradas, cuanto más leas, más realidades conocerás y más abrirás la mente. Pero no sirve de nada leer un puñado de libros importantes para poder decir que los has leído, pero no te hayan interesado lo más mínimo. Al fin y al cabo, uno de los motivos que tenemos para leer es ¡divertirnos!
Y si te pasas más tiempo dormida que leyendo, tal vez ese no sea el libro para ti.
Al fin y al cabo, como bien dice Gabriella Campbell en esta entrada, hay muchas razones para dejar un libro y no deberíamos avergonzarnos de hacerlo.
Los prejuicios tras las etiquetas
El hecho de que unos libros sean considerados como «importantes» no debería ser algo problemático. Es cierto que hay muchas obras de la literatura universal que han moldeado determinados géneros tal y como los conocemos o han abierto el camino a otros escritores que hemos llegado después.
Pero, ¿qué pasa cuando nos vamos al lado contrario? ¿Qué pasa cuando empezamos a hablar de «literatura de segunda»?
¿Te han dicho alguna vez la frasecita típica: «ya bueno pero es que la novela -inserte género literario a criticar-…»? Esta persona suele dejar la frase en el aire para evitar hacer una crítica cerrada, pero su tono y expresión te dejan claro lo que opina del género literario al que pertenece la novela que estás leyendo.
Por mi entorno lo que veo es que la gente considera literatura de segunda la literatura romántica. Sobre todo porque lo consideran «de chicas» (como si eso fuera algo malo de ser verdad) o «fácil de leer». Y lo mismo ocurre en muchos casos con la literatura juvenil porque «hay que madurar», o la fantástica porque «venga, hay otras cosas más serias». O dan el salto y se quejan de los que leen cómics o novela gráfica porque lo consideran menos serio o importante que una novela.
Supongo que ya te lo imaginas, pero muchas de estas críticas vienen de un mismo sitio: los prejuicios. El considerar que lo que leen otros es menos que lo que lees tú por la forma en que un determinado género ha sido etiquetado.
Pero, ¿no se suele etiquetar Orgullo y prejuicio como literatura romántica y es considerado uno de los libros importantes que hay que leer? ¿Qué hacemos entonces con eso? ¿Llamarlo la excepción que confirma la regla?
La importancia de que cada uno lea lo que quiera
Al final todo esto se resume en que cada uno debería poder leer lo que quisiera. Que si disfrutas leyendo libros profundos que hay que leer despacio para comprender, lo hagas. Y que si prefieres novelas de las que no te puedes despegar y que te acabas casi en una tarde, las leas también.
Deberíamos ser conscientes de que no podemos criticar con fundamento algo que no conocemos. Me explico: si nunca has leído literatura fantástica porque consideras que no es algo serio (aunque con toda la variedad que hay dentro del género seguro que encontrarías algo de tu gusto), no puedes criticar a los que la leen. No por nada, sino porque simplemente no comprendes los motivos que tienen para leerla.
Por otro lado, el mirar por encima del hombro a quienes leen literatura juvenil (o a quienes la escriben) es algo igual de reprobable. Al fin y al cabo, fue esa misma literatura la que te acogió cuando pisaste el mundo lector por primera vez. Han sido esas historias las que te han acompañado al crecer y que haya gente que las siga disfrutando y otros que escriban obras nuevas para las nuevas generaciones es algo estupendo, no un motivo de burla.
Lo mismo podemos decir si miramos en la otra dirección, ¿eh? Que si otra persona no lee clásicos porque no le llaman la atención o no se ve capaz de leerlos, no debería criticar a los que los leen, instándoles a cambiarlos por algo actual. Cada uno disfruta la literatura que quiere.
Es mejor formar equipo
Que pasen cosas así es una pena. Muchos lectores ya tuvimos que aguantar en nuestra infancia o adolescencia el ser considerados «frikis» por leer (otra vez, como si ser friki fuera algo malo). Que se metieran con nosotros ya era suficientemente malo como para que vengan ahora otros de nuestra misma especie a meterse ya no con que leamos sino con qué leemos. A decirnos qué leer. ¡Já!
Así que dejémoslo estar, disfrutemos de la lectura y dejemos disfrutar a los demás. ¿Qué tipo de lectura o género literario te encata y sueles ver catalogado como literatura de segunda?