No sé cuánta gente puede decir que ha empezado a escribir dedicando su tiempo a ello. No me entiendas mal, claro que escribir requiere tiempo. Pero me refiero a si algún escritor ha podido empezar a escribir empleando para ello su tiempo y no los ratos libres que iba encontrando tras su trabajo nutricional (como lo llama Ana González Duque). Porque sí, la mayoría de las veces, si queremos escribir nos toca sacar tiempo para hacerlo.
La falta de tiempo cuando das tus primeros pasos como escritor
Que vivir de la escritura es difícil y que muy pocos lo consiguen no tengo casi ni que mencionarlo. Todos lo hemos oído alguna vez. Para mí, vivir de la escritura significa en parte dedicar mi tiempo a escribir y no mis ratos libres.
Pero es que hasta que no estás en este mundo no te das cuenta de la cantidad de tiempo que hace falta para escribir y que tienes que quitar de otras partes. Hace un tiempo, por ejemplo, se me pasó por la cabeza que no tengo tiempo libre. Vi a mi novio jugando a la consola, tranquilamente, y pensé que hacía mucho que yo no jugaba. O veía películas o cualquier otra cosa.
Estas navidades le he puesto la película El Dorado a mis alumnos y me he dado cuenta de la cantidad de tiempo que hacía que no la veía. Siendo una de mis películas de dibujos favorita.
Te pones a calcular el tiempo que dedicas a tu trabajo y piensas: «tampoco es tanto, ¿cómo puede ser que me quede sin tiempo libre sin darme cuenta?». Ah, amiga, me temo que no estás contando las horas semanales que pasas delante del ordenador escribiendo.
¡Y es que a los que no nos dedicamos a la escritura como primera ocupación nos toca sacar tiempo de donde sea para escribir!
Nos lo tenemos que quitar de lo que otros llaman su tiempo libre para dedicarlo a lo que nosotros llamamos «un sueño a largo plazo».
La necesidad de organizarse para sacar tiempo para escribir
En ese momento te das cuenta de que tus prioridades han cambiado de orden. Cuando antes aprovechabas tus horas libres para jugar a los Sims, ahora abres Word sin dudar. Si antes tus cuadernos eran para garabatear cuando te aburrías o copiar apuntes, ahora están llenos de ideas que se te van ocurriendo de vez en cuando.
¡Y a mí al menos me costó darme cuenta!
Porque, claro, yo pretendía dedicar las horas del día que fueran necesarias a mi trabajo como profesora, preparar las clases, escribir, hacer ejercicio, dormir ocho horas… Y tener tiempo libre.

Cuando me di cuenta de que ya no utilizaba «ratitos» para escribir como hacía antes, sino que me sentaba todos los días un buen rato a escribir, supe que todo había cambiado. Ahora me tocaría sacar tiempo para descansar, cosa que se me da terriblemente mal, porque mi tiempo libre lo había ocupado la escritura.
Ser mapa para todo puede ser un acierto
Ya hablé en la charla con Insomnia ediciones sobre Worldbuilding acerca de que me considero una escritora mapa, y creo que hace años que yo soy mapa con mi vida en general.
Me encanta organizarme, planificar lo que tengo que hacer, escribir listas, utilizar subrayadores y bolígrafos de colores para cada cosa… Es como si el espíritu de las papelerías me hubiera poseído y hubiera cambiado mis órganos internos por calendarios.
Pero aunque la imagen pueda resultar algo grotesca, me ha venido bien en más de un sentido: ahora soy consciente de por qué no tengo tiempo libre y de lo que tengo que hacer para conseguirlo.
Y lo que hago es crearme horarios. Sé que hay cosas que debo hacer, otras que quiero hacer, y otras que necesito hacer (como dormir siete horas mínimo). Así que me las apunto, veo cómo puedo organizarme de forma que sea sana para mí, y trato de establecer una rutina.
Formas de sacar tiempo para escribir
Lo primero que tienes que hacer es conocerte bien. ¿En qué momentos del día sueles concentrarte mejor? ¿Cómo estás después del trabajo? ¿Hay algún momento del día en que vaya a serte imposible escribir?
Una vez sepas la respuesta a estas preguntas, llega el momento de…

Cuando trabajaba por la tarde y necesitaba tiempo por la mañana para el gimnasio y preparar las clases, me levantaba casi una hora antes que mi pareja para escribir. Ahora que trabajo por la mañana y si madrugo más tendré ganas de llorar, dedico tiempo de mis tardes a escribir (aunque eso signifique pasar menos tiempo con mi pareja).
Yo puedo permitirme tomar este tipo de decisiones porque ahora mismo no tengo hijos, pero he leído a otros autores que deciden esperar a que sus retoños se vayan a dormir para irse a escribir. O que trasnochan porque es cuando todo está más en silencio. O escriben antes de irse a trabajar por las mañanas.
La escritura es un maratón (y eso que a mí no me gusta correr)
Y es que, como te dicen cuando vas a empezar a hacer ejercicio, lo importante es intentar sacar tiempo cada día. No hace falta que dediques una hora diaria si no es viable en tu rutina: media hora concentrada vale más que una con distracciones.
Se dice que la frase «que las musas te encuentren trabajando» la dijo Pablo Picasso y, mira, un hombre capaz de pintar los cuadros que él pintó seguro que tenía algo de razón en esto. ¿Por qué esta frase es tan importante? Porque si seguimos la idea romantizada del escritor que solo escribe cuando tiene inspiración, no escribiremos.
Es lo que me pasaba a mí cuando empecé a escribir, que solo escribía cuando me apetecía o se me ocurría algo. Ahora intento escribir todos los días y habrá días mejores (cuando aparecen las musas) y otros peores, pero son días que he escrito y palabras que he añadido a mi novela. Así, cuando termine la semana o el mes habré hecho más que si solo escribo cuando tenga inspiración o me decida a sacar tiempo para hacerlo.
Organizar tus quehaceres para tener la mente en calma
Uno de los grandes problemas a la hora de sacar tiempo para escribir es que si sientes que tienes otras cosas que hacer, lo acabarás posponiendo y no le dedicarás el tiempo que querrías. Esto pasa cuando tienes muchas cosas en la cabeza y cualquier tarea te parece más urgente que sentarte a terminar tu maldita novela de una vez.

Y lo digo por experiencia. Por mucho que me gusten las agendas y la planificación, soy una persona que tiende a olvidarse de cosas que tiene que hacer. Procuro apuntármelo todo, eso sí, pero a veces no puedo evitar que mi memoria me juegue malas pasadas.
Para evitar que los recuerdos inoportunos de cosas que tenía que haber hecho me interrumpan la escritura, hace un tiempo que sigo una idea que propuso Raquel Bookish en este vídeo. En él habla de que para liberar su mente organiza las cosas que tiene que hacer en: importantes y urgentes, urgentes, importantes y todo lo demás. Así, sabe lo que tiene que hacer, se quita de en medio lo realmente importante primero, y puede ser más productiva.
Si eres como yo, que olvidas lo que tienes que hacer y a veces te cuesta distinguir lo verdaderamente importante de lo que no… Prueba esta técnica. A mí me ayudó mucho, al menos.
¿Y cómo puedo sacar tiempo para descansar entonces?
Ay, eso me gustaría saber a mí.
Aunque ya tengo organizado mi tiempo de escritura y mis tareas obligatorias, aún sigo peleándome con esa vocecita que le dice a nuestra generación que solo es válida si es productiva y no me deja descansar.
Pero desde aquí, después de esta entrada dedicada a sacar tiempo para escribir, quiero recalcar lo importante que es descansar. Sé que debería hacerlo más y me noto mucho mejor cuando lo hago… Así que busca la manera, todos necesitamos apagar la mente un ratito.
Si tú has descubierto cómo encontrar el equilibrio entre trabajo, escritura y descanso, me encantaría que me lo dejaras en los comentarios. Me vendría muy bien.