Creación de personajes: los odiados

creacion-de-personajes-los-odiados

Si preguntaras a un lector qué le parece fundamental a la hora de decir si una novela le ha gustado o no, seguramente mencionaría a sus personajes. Por eso, a la hora de embarcarnos en el proceso de creación de personajes, tenemos que ser consientes del punto tan crucial en el que estamos dentro del proceso de escritura.

Así que vamos a empezar por el lado espinoso del asunto: los personajes que los lectores odiamos.

 

En la creación de personajes, ¿importa si son odiados o amados?

En un principio te diría que no. ¿Y por qué? Porque el que el lector ame u odie a tu personaje va a depender de cómo es el mismo… Pero también de las preferencias personales de quien lee.

Por ejemplo, en La ciudad escondida, Ehkaya es un personaje que me encanta, pero sé que a muchos lectores no les cae muy bien. ¿Eso la hace un peor personaje? No tiene por qué: si está bien construida y tiene motivos para ser amada y odiada, cada uno se decanta por lo que le tira más.

Por tanto, en principio no debería preocuparnos que haya personajes de nuestras novelas que los lectores odien.

¿Cuál es el motivo de esta entrada entonces?

El identificar a personajes que pueden ser odiados por los lectores… Sin que nosotros lo pretendamos. O, dicho de otra forma, que les odien por nuestra culpa.

Deja que me explique.

Volviendo a Ehkaya, por el tipo de personaje que es, es fácil que te decantes por quererla u odiarla según estás leyendo. Esto es producto de su personalidad y de la forma en que la he escrito. El problema estaría en que los lectores la odiaran por los errores que he cometido a la hora de crearla. ¡Y puede pasar! Incluso aunque tengamos todo el cuidado del mundo, se nos puede colar alguna Mary Sue o algún Gary Stu que haga que los lectores cojan manía a nuestros personajes.

Somos humanos al fin y al cabo.

Pero confío en que con este artículo puedas identificar a ese tipo de personajes que los lectores acabamos odiando para evitar que se cuele en tus historias (o que lo haga, pero bajo tus propias reglas).

 

Creación de personajes: ¿qué personajes odian los lectores?

Quiero aclarar antes de empezar este punto que esta lista se compone por los tipos de personaje que odio yo y que otros amigos lectores me han comentado que tampoco les gustan. No es una guía universal e infalible, pero algo puede ayudar.

1. El protagonista que no sabemos por qué lo esla-guerra-de-las-brujas

Son más de los que creemos. Te cuento.

Hay protagonistas muy habilidosos, listos, valientes, poderosos… Algunos evolucionan más, otros menos, otros tienen amigos que les ayudan a salir de aprietos… Pero luego está este protagonista, que es insulso, no tiene mucha idea de lo que hace (o toma decisiones terribles) y tú le lees y te preguntas qué narices le pasa. ¡Y esto no está reñido con que el resto del libro sea una maravilla! Solo que esa historia tan buena ha tenido la mala suerte de tener en su centro a un protagonista tan poco nacido para protagonizar.

Un protagonista soso, para mí, es Anaíd, de La guerra de las brujas. Anaíd es la protagonista porque la historia nos dice que lo es, pero no demuestra tener ninguna habilidad física o mental que nos haga empatizar con ella lo suficiente como para desear que la trama se centre en su historia (además de que toma decisiones terribles durante buena parte del libro). En contraste, su madre, Selene, que tiene más peso en la segunda parte de la trilogía, es una protagonista mucho más interesante y profunda.

2. El/la que está ahí para provocar un triángulo amoroso

¿A que ya se te ha venido alguien a la mente? Este personaje es uno de los que más rabia me da porque, en muchas ocasiones, no aporta nada a la trama. Nada. Aparte de que el protagonista o su interés romántico se pongan celosones, este personaje no suele aportar nada más.

En otras ocasiones sí cobra importancia (aunque sea al final), como Gerde, en Memorias de Idhún, pero ya nos ha tocado leer buena parte de la historia teniéndole enfilado. Y para mí es muy difícil sacar a un personaje de ese saco una vez que le he metido en él.

3. El malo cuya única finalidad es ser malo

Hay malos maravillosamente bien construidos, con sus luces y sus sombras, o todo sombras pero con un motivo. Hay malos con quienes incluso podemos llegar a empatizar. Pero luego está el malo que solo quiere matar a todos. O el que es malo y ya. O el que quiere dominar el mundo (vale, muy honorable, pero, ¿por qué quieres dominar el mundo, señor?).

Para mí es muy difícil crear un buen malo. Cuando me toca escribir y pienso en cómo construirlo, en cómo darle profundidad… Temo que alguien como yo lo lea en algún momento del futuro y piense: «¿de verdad? ¿El malo no tiene una motivación real para hacer lo que hace? ¿No había nada más manido que pudiera utilizar como villano?»

En el caso de Una corte de rosa y espinas, por ejemplo, entiendo el aspecto malvado de Amarantha en general (con el tema humanos y demás), pero su motivación en la parte final del libro… A mí no me convence. Es un ejemplo de una mala que han elegido para serlo porque patatas.

4. El que odiamos y se lo gana a pulsoel-gremio-de-los-magos

A este personaje le odiamos. Le odiamos sin más, con ganas y con ardor, y deseamos que le ocurra lo peor. Que sufra tanto como nos ha hecho sufrir a nosotros.

Es ruin, mezquino, traicionero… Es tan mala persona que es normal que sea un personaje de libro porque si fuera real parecería que actúa para parecer un villano. ¿No te ha pasado que has cogido asco a un personaje desde casi el principio o tras un giro argumental que te deja sin habla? Este es el personaje al que me refiero.

En el caso de estos personajes, que sean odiados no es algo malo, pues es algo buscado por el autor. Sin embargo, cuando te encuentras con un personaje así como lector, lo que quieres es que reciba su merecido. Se me ocurren algunos ejemplos de malos que lo reciben en algunas novelas de fantasía, y leerlo es una maravilla. Pero… ¿qué pasa si ese merecido nunca llega? ¿Y si hay una redención forzada para este personaje y no logras convencer al lector? Aunque estos sean personajes muy jugosos, hay que saber qué hacer con ellos.

Para esto se me ocurre como ejemplo Regin, de las Crónicas del mago negro, a quien deseé dolor y sufrimiento desde el minuto uno. ¿Y cómo terminó el arco de este personaje? Pues no lo puedo decir porque si no lo destripo, pero te animo a leer las novelas para descubrirlo.

¡Ah! Y de este último año, también podría mencionar a Severa Sanguis, de Guárdate de las hijas de Marte (novela de la que hice reseña hace poco). Qué señora más mala.

5. El que odiamos pero no

Aquí llega otro personaje complicado.

Este personaje odiado nos despierta sentimientos encontrados (y eso es algo que el escritor puede usar a su favor). Le tenía que incluir en esta lista porque, inevitablemente, le odiamos, pero el autor o la autora ha sabido trabajarlo lo suficientemente bien como para que su sola presencia juegue con nuestra mente. ¡Por eso es tan importante pararse y pensar en el proceso de creación de personajes!

Es un personaje odioso, como el anterior, que ha hecho cosas que nos espantan (puede que a personajes que nos encantan) y al que hemos deseado la muerte en alguna ocasión. Hasta ahí bien. Pero entonces… El autor o la autora mete algo sobre su pasado que da explicación a sus acciones. O narra desde su punto de vista, haciendo que comprendas sus motivos. O el protagonista habla con él y le hace dudar. Y nos hacen el lío (a ver,  hay un límite. Como siempre digo: si tu pasado/forma de ser te va a hacer tratar mal a la persona a la que quieres… busca ayuda: él o ella no es responsable de curarte).

En mi caso, este personaje que odio pero no es Cersei Lannister, de Canción de hielo y fuego. De verdad que en los primeros libros la odiaba. Con todo mi ser. Deseaba que la mataran de una maldita vez y a su hijo loco también. Pero entonces las cosas se le empiezan a torcer… El narrador se centra en ella… Ves que, a pesar de ser una mujer horrible y despiadada, todo lo que hace lo hace porque quiere a sus hijos y quiere protegerlos… Y entonces una pequeña parte de ti dice: «Qué cabrona. No es una buena persona, pero la entiendo». Y tienes que debatirte entre tu odio profundo hacia ella y la admiración porque en realidad es inteligente o lo suficientemente valiente como para hacer determinadas cosas por sus hijos.

 

Conclusión: no hay que subestimar el proceso de creación de personajes

Igual que el proceso de creación de una novela tiene pasos y es importante (como ya mencioné con La ciudad escondida hace unos meses), la creación de personajes es fundamental.

Los lectores recordarán a tus personajes tanto como a tu worldbuilding, así que es importante buscar la manera de crear protagonistas y antagonistas que no se olviden con facilidad… Pero por un buen motivo.

 

¿Te ha ayudado esta lista de personajes odiados? ¿Quieres que hable de algún otro tipo de personaje próximamente? ¡Déjamelo en los comentarios!

¿Quieres compartirlo con otros?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *