De vez en cuando salta la polémica de si los libros fáciles de leer son «literatura de verdad» o si leer diez libros fáciles de leer en un año equivale a uno solo de los «libros importantes» (como aquellos de los que hablé hace tiempo).
Como escritora y persona interesada en animar a la lectura a otros en mi entorno, tenía que hablar del tema, así que vamos allá.
¿Qué es un libro fácil de leer?
Lo primero es lo primero y es intentar categorizar qué es eso de un libro fácil de leer. Mucha gente mete en esta categoría libros finos, con un lenguaje que no busca las florituras o que forman parte de un determinado género. Por ejemplo, las novelas románticas o juveniles suelen meterse en el saco de los libros fáciles de leer, y las novelas que se leen rápido, tengan el número de páginas que tengan, también.
Con las lecturas, es complicado generalizar sin caer en el error pues los gustos son como las narices: todos tenemos uno.

Por eso lo que yo puedo venderte como un libro fácil de leer y entretenido quizá se te hace bola en el segundo capítulo. También hay que tener en cuenta las expectativas en ese sentido, pues puedes llegar a un libro convencido de que vas a terminarlo medianamente rápido y descubrir que no te atrapa tanto como a otros.
Por eso, al margen de etiquetas cerradas, diremos que podemos decir que un libro es fácil de leer cuando la opinión general del mismo es que se lee rápido y es entretenido.
No suena mal… ¿Cuál es el problema entonces con los libros fáciles de leer?
Que según algunos lectores, lo importante no es la cantidad de libros que las, sino la calidad de lo leído. Y diciendo esto, se está dando a entender que los libros fáciles de leer no tienen una buena calidad.
Pero, claro, ¿qué es calidad literaria? ¿Los libros que han pasado el filtro de las décadas y siguen poblando estanterías? ¿Los libros de no-ficción? ¿El ensayo? ¿Los libros publicados por editoriales grandes o escritos por autores de renombre? ¿Algún género de novela en específico? Si te has leído la entrada que menciono más arriba sabrás de lo que hablo, y sabrás que es la misma gente que habla de la «literatura de segunda» la que te diría que leer libros rápidos es como comer comida rápida.
Supongo que esas personas consideran que la novela juvenil no puede aportarte nada siendo adulto o que la literatura romántica es un género de usar y tirar. Intuyo que los libros de no-ficción o que traten temas anclados en la realidad tienen más calidad para ellos y que no ven el mérito en leer cuarenta libros al año si no hay un buen puñado de estas lecturas entre ellos
Ah, sí, los retos literarios
Y es que muchos de estos debates surgen de los retos literarios, como los que mencioné a principios de año, y especialmente el de Goodreads. En ese reto de lectura, cada uno se marca una cantidad de libros que quiere leer al año e intenta leerlos en ese tiempo. La mayoría de nosotros intenta leer cada vez más cada año, subiendo su reto poco a poco, pero manteniéndolo ajustado a nuestra realidad. Sin embargo, no es raro ver cuentas de personas que se leen más de cien libros al año sin despeinarse.
Y, ¿qué pasa? Que no tardan en salir comentarios de otros diciendo que «X libro no cuenta porque es corto», «los mangas no deberían contar igual que las novelas»,… Comentarios basados en el grosor o género de las lecturas en lugar de en los gustos de la persona que se ha propuesto el reto.

Si lo importante no es leer mucho cada año, si no leer pocos libros, pero «de calidad», ¿por qué hay tantos artículos que te explican cómo leer más rápido? La inmensa mayoría de ellos, no solo te animan a leer más y te cuentan los beneficios de la lectura, sino que además te dan consejos para leer más. Esto debe de ser un tema que interesa bastante, parece ser…
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Qué libros son mejores?
Pues no lo sé, la verdad. No creo que nadie tenga la fórmula mágica de lo que es mejor leer, así que cada uno debería leer cuanto y lo que quiera. Al fin y al cabo,¡leer no es una competición! No con lo demás, al menos.
Debería ser igual de válido e igual de positivo ser una persona que disfruta leyendo libros de no-ficción, o novelas, poesía o cuentos a los que dedique bastante tiempo para poder desentrañar todo lo que el autor ha querido decirnos, que ser una persona que puede leer cuatro o cinco libros al mes, de literatura juvenil, terror, fantasía, romance… Y los disfruta y reflexiona lo que quiera. O leer novelas cortas o relatos. O cómics o novelas gráficas.
Es verdad que estamos en un tiempo en el que todo se consume rápido. Las series sacan las temporadas en un solo día, las películas se llenan en los estrenos para evitar los spoilers y los maratones están de moda. Puede que eso nos haga pensar que la lectura rápida puede parecerse a esto o a la comida rápida pero yo no lo veo así en absoluto. La comida rápida es algo que, aunque suele estar rico, suele ser malo para nuestro cuerpo si lo consumimos en exceso. Los libros fáciles de leer no van a provocarnos efectos negativos, por muchos que leamos y disfrutemos (como una buena hamburguesa).
Por muy rápido que leamos o muy fáciles de leer que sean los libros que consumamos, siempre vamos a sacar algo de ellos. Siempre aprenderemos algo (o descubriremos nuevas palabras o expresiones) que no sabíamos al abrirlo por primera vez. Y, ¿sabes? Creo que lo mejor es aprender a disfrutar de eso. Leas el libro que leas.
Así que, ya sabes, disfruta de los libros que solo quieren hacerte disfrutar, acércate a un clásico que haya que descifrar si te apetece… Y no te dejes llevar por las opiniones de otros.